Resumen «Risoterapia: el yoga de la risa»

¿Qué prefieres en tu vida, cortisol o endorfinas? El viernes pasado estuvimos con Carmen Padilla, enfermera y risoterapeuta, descubriendo cómo el “yoga de la risa” ayuda a segregar endorfinas, desinhibirte, reencontrarte con tu niño interior y con el de los demás en un territorio libre de juicios. Una oportunidad para desdramatizar y poner en cuestión los personajes, abrazar la inocencia y ver con los ojos del corazón.

Os compartimos un resumen de la charla:

Hablamos de esta práctica milenaria tendente a producir beneficios mentales y emocionales por medio de la risa y el humor. Como herramienta psicoterapéutica, la risoterapia es recomendada como una práctica de gran efectividad complementaria a las terapias curativas con las que logra sinergias muy positivas. Y es una sana manera de afrontar la vida.

Conocidas sus propiedades desde la antigüedad, no es hasta 1969 que la Risoterapia llega a occidente y comienza a aplicarse de forma estructurada en Estados Unidos por el médico Patch Adams (ver película de mismo título protagonizada por Robin Williams en 1998 basada en la vida del fundador del Instituto Gesundheit!) Él siempre ha defendido que una enfermedad no se cura con el rencor sino con alegría, humor y amor.

Por el lado de los efectos ventajosos que la risa y el buen humor tienen para la salud, aparte de ser el camino más corto para la comunicación entre las personas, baste decir que al reír se mueven más de 400 músculos en el cuerpo y micromúsculos faciales, así como que se estimula el estiramiento y la relajación de órganos como pulmones, hígado, corazón, vesícula, intestinos, etc. De hecho, hay unos músculos en el estómago que sólo se mueven cuando nos reímos. Sin mencionar el efecto positivo y directo que la risa tiene sobre algunas enfermedades, en concreto, para el asma.

En consumo calórico por movilización de musculatura, vísceras, etc… Una carcajada de 5 minutos equivale a 45 minutos de gimnasio y 3 minutos de carcajada equivaldría a 10 minutos de remo (claro que hay que imaginarse lo que son 3 minutos de carcajadas sin interrupción).

Un niño de hasta 6 años saca su payaso interior fácilmente y por eso ríe de media 300 veces al día, mientras que un adulto risueño, por su parte, se ríe como máximo 100 veces al día. ¿Alguna vez te has planteado cuánto ríes tú?

El cuerpo dispone y segrega de forma natural sustancias que producen efectos sedantes y euforizantes similares a las drogas. Una de ellas, la más conocida es la endorfina. Está demostrado que segregamos altas cantidades de esta sustancia cuando nos reímos a carcajadas y esa propiedad fue aprovechada en su inicio por Patch Adams para estimular esta forma alternativa y natural de prevención de enfermedades y de apoyo en la curación de las mismas.

Este neurotransmisor lo segregamos de forma natural no solamente cuando nos reímos, también cuando contactamos con estados internos de felicidad o sumamente placenteros como el reencuentro con un ser querido, ante determinados estímulos como la visión de la belleza, el contacto lúdico con amigos, la escucha de determinada pieza musical, etc.

Por el contrario ante el estrés el cuerpo segrega la hormona del cortisol, que a pesar de tener su función reguladora y defensiva en el organismo ante determinadas situaciones extremas, no está concebida para soportar los niveles innecesarios de estrés a los que estamos sometidos a diario. (catarata de estímulos permanentes a los que nos exponemos inconscientemente hasta llegar a reducirnos o quitarnos directamente el sueño, por ejemplo, con tanto dispositivo electrónico y la alta demanda a la que el contacto social nos tiene sometidos)

Así, el exceso de cortisol se acumula en las venas arterias y articulaciones y es la causa de inflamación y de numerosos cuadros de enfermedad. Por ello se dice que el siglo XXI es el de “los inflamados”.

Y no es solo las situaciones estresantes que nos ocurren las que ocasionan que segreguemos cortisol (hormona del estrés) sino que también se ha demostrado que sólo con ‘pensarlas’ (las situaciones), ya se activa el mecanismo. Es decir, que nuestra actividad mental ‘anticipatoria’ (del futuro) y ‘rumiadora’ (con respecto al pasado) también pone en marcha el mecanismo bioquímico de estrés.

Por tanto, llegado a este punto, Carmen nos pregunta, sabiendo que podemos elegir, ¿qué queremos? ¿Cortisol o endorfinas?

En los talleres de Risoterapia o yoga de la risa se ejercita la risa y el buen humor en compañía, se conecta con la propia infancia y de paso se descubre mucho acerca de una misma, practicando la presencia en el momento presente, porque… Otra cosa curiosa: “resulta que uno no puede reírse y pensar al mismo tiempo’, por lo que es de paso una magnífica oportunidad para “parar la locomotora mental”. Carmen nos enseñó cómo con varios ejercicios en grupo muy divertidos.

Si te ha gustado la ‘Tapa’ de Yoga de la Risa, aún puedes pasar a las raciones. Para leer joyas testimoniales sobre el tema, encontrarás en Librería Proteo:

“Clown esencial. El arte de reírse de uno mismo”, de Alain Vigneau
“Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, de Marián Rojas.

Y si contactas con Carmen Padilla, o http://www.kunmaita.com podrás informarte de cuándo se celebran próximos talleres.